viernes, 21 de julio de 2017

Breve penitencia

Guerras internas 
no resueltas
resisten
los litros
y litros
que consumen mi otoño.

Así pasan
mis días 
que siempre son últimos 
como aquellos con virtud
carentes de defectos
son 
los menos.

Mi delito
ser uno más 
con palabras dulces
avaladas por caricias
versos
y besos

pero me olvide de aparentar
cordura,
mi condena fue por culpa
de mis cadenas
bautizadas de pequeñas
como locura
escrita en MAYÚSCULAS.

miércoles, 12 de julio de 2017

Vertical

Roto
resulto muchos nosotros
en noches de manos
sujetando 
vasos
alejándome
de los que dicen llamarse
del espíritu
arquitectos.

Busco
en mapas descifrados
cofres vacíos 
donde fui dejando
y perdiendo
mi corazón.

Cansado
en eternidades 
que duran
lo que un suspiro
mudo
lento
bañado
en dolor crudo.

Salidas
de emergencia 
que son puertas 
cerradas
con marcos de tiempo 
y candados de arena
sin llave.

Bebiendo
vacíos opacos
en caída 
libre
esclavo
del más profundo
de mis precipicios.

Abismos 
sin ojos
que cuentan historias
de terror
que no son 
más 
que espejos.

Patinando,
derrapando
con los pantalones 
llenos
de lodos
mientras choco 
con todos
mis otros.

Hacia 
un atardecer
de luna en llamas,
de dormir 
en una cama
sin sábanas
contando estrellas
que se apagan.

Un
canto
de sirenas
que envenenan oídos 
que ven 
a través de dos pupilas negras.

Final
de mis tiempos
en búsqueda
de un bucle 
que me ayude 
a salir de lo concreto
de un abecedario
sin letras.

Reencuentro.

Conmigo.

lunes, 3 de julio de 2017

Indiferente

Desbarro

He vuelto a aquí. 

No puedo ser más indeterminado. Aquí, a “casa”; aquí, al “hogar”; aquí, con la “familia”; aquí, donde “pertenezco”. Hay algo en este sitio que me asfixia. Llevo unos días anestesiado por las celebraciones de mi vuelta, 

-iluso, eso no se celebra-

la alegría es contagiosa y se me ha pegado a la piel, pero no ha sido más que un espejismo. Desperté como sólo de un espejismo se hace: con un familiar olor adherido al cuerpo, una sensación de taladro que torpedea las sienes de una cabeza que no es mía y que apenas puede mantener el equilibrio, un vómito pre-cocinado en el estómago que agradecería mi hígado y una desorientación que duró tres días. 

Vuelvo a la rutina de desayunar semidesnudo, prepararme un café y fumarme un cigarrillo frente a un televisor apagado y en el que veo mis reflejos

-sabes que somos más de uno-

e intento organizar mi día de nada. Mientras me quemo el paladar con el café abro la libreta y anoto lo siguiente: 

“20/06/2017
07:34

Hola de nuevo. No sé qué nos esperará hoy pero el día arranca con este café que, joder, hacía meses que no tomaba un café tan bueno. La noche ha sido breve y profunda, no tengo sueños que contarte, no los recuerdo. Ahora me ducharé, me vestiré y saldré a pasear, cuanto más tiempo esté ocupado mejor para todos.”

-el control es una ilusión-


Tuve un sueño en el que desperté entre una multitud, abrí los ojos y supe que algo iba mal. El corazón se me encogía como nunca lo había hecho en mis peores pesadillas. Te veía en el sueño. Me llevaste a una habitación donde me hiciste preguntas sin solución. 

No lo recuerdo, estoy trastornado, nunca he llevado un camino recto.

-y  nunca lo harás, gilipollas- 

Pero mi mayor sorpresa fue cuando al despertar quise acordarme de lo que hice ayer.
 Me resultó imposible.

Nueva noche, nueva vida.

El sol se ha ido y me persiguen las sombras encerradas en mi corazón podrido.. no puedo avanzar con este temblor en el espíritu, con este mutismo en mi pulsación y con esta sordera en mis manos.. Me dedicaré para la eternidad a la renegación, en mi minoría de locura de uno sólo manteniendo monólogos autodestructivos conmigo mismo siempre fuera de lugar, pero siempre acompañado de todos nosotros.

-ese es tu nuestro lugar-

Soy la complicidad de las bestias que bailan mordiéndose el cuello. 

Y yo qué sé qué hago aquí. No puede ser, ¿yo qué hice ayer? -Me digo mientras me quemo en un ejercicio de fuegos artificiales interno mientras asciendo al cenit de altura impredecible para dar paso a una explosión de dB inestimables-, todo para seguir mi tendencia natural.. caer. Dejarse llevar es una caída suicida que va apagando todas mis almas de forma aleatoria y sin avisar; y sin saber muy bien por qué.

He vivido una semana sin pensar en respirar si quiera.

-sigue intentándolo, no podrás huir de nosotros, de ti mismo- 

Vuelve el ruido.

Hoy el sonido de fondo es un retumbar arrítmico de fronteras de papel que golpean el centro de la diana que pinté en mi pecho con un lápiz sin punta.

Vuelvo al estado primigenio.

Indiferente.


-que te lo has creído-

Ateo del perdón

No quiero pensar, los párpados cerrados transparentan miradas cuyos ojos diluvian sobre unas vestiduras ajadas que camuflan un delito ...