sábado, 14 de junio de 2014

Creo saber de ti

Sé, como muy pocos
que
en tu cruzar de piernas
no escondes un húmedo tesoro
ni una cruz
             de las que se marcan en un mapa,
sé que tampoco esgrimes
motivos de venganza en tus afiladas uñas.

Sé que solo tienes síndrome de abstinencia por tus últimos besos.

Creo,
que tras tus oscuras gafas,
tu sonrisa diminuta
y el bailar de tu lengua por la comisura de tus labios,
escondes más penas de las que lloras
tras cada orgasmo y cada trago.

Creo que has sufrido demasiado y sólo esperas a la muerte.

He aprendido,
o me has enseñado
                                  no lo sé,
que si pides alcohol y hielo
te estás quemando,
por dentro.

He aprendido que siempre has tenido una peculiar manera de marcar tus ceros, noventas y unos y llamar al bombero de tus fuegos internos.

Observo tras la venda de mis ojos
la inquietud de tus manos
y el jugar de tus dedos,
yo mientras sueño con que sean ellas quien me la quiten

y que sean tus gestos la primera maravilla del mundo que éstos vean.

Creo saber tanto de ti
en apenas unos minutos,
que me pido otra copa,
brindo por ti

y sin darme cuenta;
creyendote desnuda de dentro hacia fuera
soy yo quien se ha quedado desarmado
y sólo
             con permiso de Benedetti
me ha quedado mi corazón coraza.

lunes, 9 de junio de 2014

¿Lo sabes tú?

No sabes qué eres,
o cual es tu papel
pero yo te diré los efectos de tus dudas
en una cabeza loca
que se pierde en oasis de amargura

Este vacío que no llena,
esta felicidad que no levanta sonrisa,
este alcoholismo que me emborracha
de ti,
sin ti,
pero deseando estar contigo.

Este sueño insomne
de pesadillas en las que yo,
sin ti,
no puedo seguir.

Este cansancio
de la monotonía de las drogas
que no me ayudan
a curar tu ausencia.

Este frío
que hace que cada día
eche más
y más
de menos tus brazos a mi alrededor.

Esta distancia
que de 1000 km a 10mm
es un silbido tuyo,
porque yo nunca supe silbar

Si la asfixia es morir por falta de capacidad pulmonar
tu eres mis pulmones.

Y mi oxígeno
no es una canción de discoteca
ni una promesa,
ni una bandera,
será tu aliento de sirena.

No son mis ganas
las de ganar de los demás,
no es mi horizonte mi frontera,
no es llegar a la meta mi victoria,
que no son mis objetivos
ni llegar a la luna
ni el fin de las dictaduras.

Que eres tú,
y es contigo.

Así que dime.
¿qué estamos haciendo?
qué estamos haciendo perdiendo el tiempo
perdiendo
las ganas de morirnos
para respondernos al propósito de nuestras vidas.

No sé qué soy,
ni cuál es mi papel en esta función
pero mis dudas matan
y estoy cargado de ellas.

domingo, 1 de junio de 2014

De la política y el cambio

Vivimos tiempos de cambio; se respira, tras la contaminación de la ineptitud y la ignorancia, ciudadanos que dicen basta. Se ven debates en televisión dónde llamados "periodistas" emplean argumentos bumeranes que les vuelven y las hacen perder la partida. Estamos ante nuestro futuro, pero nos quedamos viendo el fútbol, de lo malo, el fútbol es un elemento de cohesión de la sociedad; lástima que sea sólo un juego intrascendente. Reaccionamos pasando de la indignación de pie a la sumisión de los brazos cruzados. Nos vendamos las vergüenzas con periódicos cuyo uso para informar deja mucho que desear.
Las peores vallas no están en Ceuta, o en Melilla, no están en Ucrania y Rusia, tampoco están en México y las Américas;  las vallas no se construyen en Asia, ni son una gran muralla china. Las peores vallas son los límites de nuestra conciencia, nuestra mediocridad es su alimento. Nuestras lágrimas sus trofeos y regocijo, nuestras casas más inmuebles para ellos, incoherentes títeres esclavos del capital.
El cambio es necesario, y ha de ser inminente antes de que todo se escape de las manos, antes de que a la tercera dictadura vaya la vencida, o a la 3a Guerra Mundial sea la definitiva. ¿Hace falta probarnos? ¿Es necesario ver que no hemos dejado de ser monos asesinos aunque nos escondamos detrás de la orgía de las nuevas tecnologías?
¿Cómo mover el cambio? ¿Como impedir el descalabro? ¿Cómo curar la herida emocional de una sociedad traicionada por los que escogieron, y peor aún, por los que no escogieron y que están ahí por propio derecho? ¿Cómo? ¿Cambiando cada una de las piezas del entramado? ¿El mal menor por el bien común? ¿La revolución?
"Hay políticas que no funcionan porque aún no se han probado"; y hay prestigios sociales inútiles porque hay mitos que aún no se han tumbado. Vivimos ante una élite de intocables, y cada uno de nosotros ha de cambiar. Desde nuestra conciencia, para poder crecer, evolucionar y cortar de raíz la pobreza intelectual.
¿Cómo cambiar? ¿Por qué no desde la función de cada uno? ¿Por qué no pedir a los "profesionales" que cumplan? (que por desgracia los que no lo hacen son la mayoría).

¿Yo? Yo lo que pediría:

¿A los periodistas? Que se documenten, que detengan el festival de calumnias contra figuras individuales cuando el enemigo está en casa, cuando ellos mismos dejan de informar para enjuiciar, eso que se lo dejen a los jueces.
¿A los jueces? Que sean justos, que dejen los indultos para quien tire una tarta y no para quien le robe al prójimo, ni para el que mata por voluntad de dios.
¿A los curas? Que se confiesen, que dejen las rentas y los diezmos en la Edad Media, que paren el conflicto entre libertad y pensamiento, que dejen la fe para el que la quiera, y no para los colegios.
¿A los profesores? Que enseñen y no condicionen. Que doten al alumno de herramientas para resolver situaciones problemáticas y no de un ABC modélico para memorizar. Que no nos programen como a robots, de eso ya se encargan los políticos.
¿Y a los políticos? Que gobiernen, que para hacer reír ya hay gente que cobra. Que dejen el carisma para estar con la familia y la incompetencia en sus maletines. Que sus mentiras se las paguen en sus dietas y que si vuelan en bussiness sea para no volver.

Charles Bukowski dijo una vez "la diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes", espero que esa diferencia se pueda hacer más notable.

Ateo del perdón

No quiero pensar, los párpados cerrados transparentan miradas cuyos ojos diluvian sobre unas vestiduras ajadas que camuflan un delito ...