Día 214 en la calle, todavía recuerdo el día que lo perdí todo, una mala jugada, una mala palabra, un mal gesto y como una llamarada que consume la hierba seca en el campo, todo quedó reducido a cenizas. Durmiendo en la calle, sobre suelo mojado, con un cartón de vino caducado y una chaqueta rescatada de un contenedor municipal. Las estrellas son mi abrigo por la noche y la soledad mi mejor amigo. Pero cada noche, me asalta la misma duda que rápidamente intento borrar, ¿qué hubiera pasado si me hubiera tragado mi maldito orgullo? Probablemente nada de esto estaría sucediendo, probablemente las cosas estarían mejor, probablemente ... Sinceramente, me siento bien, la vida en la calle me ha reconvertido, me ha permitido tener la libertad que los complejos y con una calidad de vida por debajo de la media mi corazón es mi templo y hogar, mi destino no es fijo, mi rumbo no lo marcan ni brújulas ni mapas, yo elijo mi camino, por que en eso se basa el libre albedrío.
Camino solitario por la noche buscando una buena mirada, una palabra amable, un gesto cariñoso, una simple muestra de cariño por parte de gente que en mi vida había visto. Cuando tenía 3 años me hablaron de la libertad, ¿realmente somos libres? Libertad no es tener mucho dinero y poder gastarlo en lo que quieras, libertad no es poseer un ejercito y hacer maravillas con ellos, libertad no es moverte por donde quieras. Pues la verdadera libertad está en la mente, libertad para huir, libertad para pensar, para escapar a esta realidad, libertad para embarcarte en aventuras fantásticas sin moverte de un banco del parque.
Ahora mismo, mientras escribo esto, un letrero en una calle pone ''Conócete a ti mismo'', ¿qué querrá decir? Pues todos sabemos quién somos, pero, ¿de verdad nos conocemos? Nadie es realmente libre hasta que se conoce a si mismo. Todo en esta vida cuesta algo, todo tiene un precio, absolutamente todo, no hay nada realmente gratis, no hay nada que nos caiga del cielo sin nada a cambio, por algo las monedas tienen cara y cruz, por algo después de la tormenta viene la calma. No puedes esperar algo sin que después llegue lo inesperado. La libertad tiene un precio altísimo, realmente nunca llegamos a ser libres, nuestros antepasados homínidos han sido más libres que nosotros, pues en la ignorancia se es más feliz. Pues vivimos en constante libertad bajo fianza.
