sábado, 9 de febrero de 2013

Sin hacer ruido

Constelaciones en el aire, a kilómetros de distancia y una idea fija en la cabeza. No podía parar. modo centrifugadora en la cabeza y a darle vueltas. Perderse, llevaba días pensándolo y apartarse a un lado le parecía lo mejor. "Tengo que escapar" se decía para sí mismo en voz alta, esperando una respuesta de su inconsciente. Tanto tiempo tirando dados sobre una mesa en la que la mala suerte estaba acuñada como moneda oficial. Tantas decepciones impuestas por su dura y estricta moral. Tantos castigos sibilinos, tantos machaques que sin darse cuenta imponía. Un dictador del ánimo. Una sombra, que buscaba siempre la oscuridad de los árboles para desaparecer. Un ruido que buscaba el último rincón del mundo donde aún haya silencio. Quería no hacer más daño, no dejar más cicatrices, no ser más tirano. Irse sin hacer ruido, sin hacerse notar, sin que se supiera que había estado.

"Para sí mismo anotaba esto en su diario de desvandadas, de autoconvencimiento de mentiras. De autoengaño, de ideas atractivas que sabía que nunca haría, de falsas intenciones, de palabras de tinta y humo."

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ateo del perdón

No quiero pensar, los párpados cerrados transparentan miradas cuyos ojos diluvian sobre unas vestiduras ajadas que camuflan un delito ...