domingo, 10 de marzo de 2013

Escopetas de feria

Acción y reacción, y así  de sopetón te pilla la vida, desubicado y perdido, apartado en el olvido, como una sombra al cobijo de un árbol en el abrasador sol veraniego. Como si queriendo bucear en las inmensidades de los mares caribeños te hace una ahogadilla. La vida, que con algunos se afilia, a otros, los desquicia, y al resto simplemente les olvida. 

Esa feria danzante que puede ser tu conjunto de experiencias, yo particularmente me quedo con el juego de darle a los patitos, eso sí, con la endemoniada escopeta. Esa escopeta que por muy certero que seas apuntando y preparado el disparo acabará haciendo que el tendero se lleve el tiro, o que lo que buscabas como premio se aflija. 

Que tus metas sin motivo alguno acaben rotas. Que sin querer queriendo estropeas lo que tanto querías querer. Aquello que preparabas para recoger y que al final perdido está. Porque total, ¿para qué disparar ya? Todas las balas se van desviadas y no hay manera de acertar.

"Mejor no apuntar, desperdiciar, disparar, las pocas balas que quedan. Quizá sea la última y yo sigo con la puta escopeta de feria."

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