viernes, 4 de julio de 2014

Noche de discoteca

(Suenan altavoces...)

El mundo es la fiesta de la fatiga emocional.
La sociedad del cansancio ya ha llegado.
Somos perezosos, inmorales, prescindibles.
Sentir y ser firme, son cosas que cuestan demasiado.
Los valores ya no son más que monedas de cambio.

(La gente baila...)

Los flashes en el salón de baile ciegan ojos.
Las televisiones y sus programas oprimen mentes a distancia.
Los periódicos ya no se entienden.
Las responsabilidades son oásis y espejismos al lado del dinero.
¡El capital ha cambiado el paradigma!
A los políticos no preguntes,
                                              la triste mayoría ya se desentiende.

(La gente bebe...)

Corre alcohol por la barra y por vena.
Flotas, cuando en realidad no paras de caer.
Tu mente te parece un lugar genial del que escaparse.
Se rompe una botella en cabeza ajena.
¡Viva el vicio!
Todo sea por los días de fiesta.

(De repente, alguien vomita...)

El pistoletazo de salida ha sido a quemarropa.
Y al estómago.
Todo se vuelve insoportable.
El hedor, el sudor y los cuerpos moviéndose.
Todo resulta repugnante.
Y vomitas tú también.

(Es hora de irse..)

Una más, que seguro que ponen ésa tan buena.
La última, que aquí nos pudren el estómago a buen precio.
Nos quedamos un poco, que hay ambiente.
No seas soso, aguafiestas.
                                        Que no, que me voy.

(Recoges, chaqueta y una noche más.)

El paseo de la vergüenza no es para modelos.
Tu look es de ayer, atemporal.
El olor a decadencia no se va con suavizante.
La falta de conciencia tiene el peor castigo de todos, la autocondena.

Y tú,
en cadena perpetua
acabas una noche más en ningún lugar cualquiera.

Se acabó, suma una más.

Otra noche de discoteca.

1 comentario:

  1. Creo que lo has descrito a la perfección, es genial.
    Un besito Nacho

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