La tinta del bolígrafo proyecta palabras, frases sobre el papel, aparentemente con significado alguno, aparentemente. Espera, un fallo, corrígelo, táchalo y escríbelo bien. Lo habrás arreglado, aunque quedará un tachón no importa, los tachones no se leen.
Así empieza y se progresa, corrige tus fallos, avanza, mira atrás, ¿por qué no? Pues del pasado se aprende, de todas las veces que tachamos aprendemos algo nuevo, algo correcto, y el fallo, el fallo no se leerá. Pasará desapercibido, la gente lo obviará.
Cambios, la vida es un constante cambio, si las cosas no cambian, esque están muertas. Si tienes un fallo corrígelo, reescribe lo tachado, pero no te lamentes por haberte equivocado, pues así, no arreglarás nada. Centrate en la próxima y no la desperdicies.
Si alguna vez te equivocas, tacha, reescribe, y aprende. Sobre todo, aprende.
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