martes, 25 de diciembre de 2012

¿Azar?

Érase un hombre desafortunado, que no creia en la fortuna. Era un hombre de ciencia cierta, de los de bata blanca y cartera. Un hombre corriente, al que nada bueno le pasaba. Un hombre que cuando algo bueno le acontecía apelaba a la fortuna o a la casualidad y abandonaba sus preciadas estadísticas y números.

Este mismo hombre un día decidió cambiar, se convirtió en un hombre de principios sin finales. De tirar dados sobre la mesa sin escatimar en sus apuestas. Un ludópata, "un adicto al riesgo" decía el. Un pobre imbécil sin suerte decían otros de él.

Nadie sabe el por qué de su cambio radical. Quizá fuera un reflejo de una aurora boreal. Quizá fuera una estadistica que daba siempre en positivo, quizá fuera ¿azar?

La suerte, para los que crean en ella y los que no, no aparece de la nada, no soluciona nuestros problemas por sí sola, hay que provocarla, provoca tu suerte.

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