miércoles, 27 de marzo de 2013

Incierta ficción

...''imposible ver el cielo reflejado en mi'... o la lluvia empapándome el alma ... o las olas arrastrándome contra-corriente''...

Sonaba la misma música interna, siempre el ruido entre silencios, constantemente el grito a susurros, siempre el ensordecedor ''pepito-grillo'' y a todas horas atormentaba sus ideas y nublaba sus más fuertes juicios. Juicios con cimientos de complejos. Complejos con pudor, que no se dejaban desnudar. Y desnudos que no se dejaban amar. Amor que tornaba en odio como las primaveras tornan en inviernos, como los domingos pasan a ser lunes, y como la luz solar, pasa a la indecisa luz lunar. Todo dentro de una cabeza más o menos amueblada, más o menos con las inciertas claras. Sí, inciertas, que no ideas. Inciertas de ida y vuelta, inciertas en poemas, inciertas en fonemas, inciertas en canción, y sobre todo, mi vida, la incierta ficción. Un sendero sinuoso sin horizonte alguno, sin una bandera de cuadros y un letrero luminoso con la palabra meta en mayúsculas, que ojalá fueran minúsculas. Continuo exilio en las ojeras que ni el café ni la cerveza curan, que ni el vicio ni el juego ayudan, y que en domingos, la pena del cielo baja, y me ayuda. En días donde, joder, y permitidme que lo tache, las ojeras se transforman en una sombra de cuerpo entero. En una sombra, en la mayor incierta, en la mayor de todas las dudas. En la reina de las noches en vela, y en la que desquicia a quien medio se acerca, o al que medio lo intenta. Y que no hay culpa para el mar de dudas donde naufragáis cuando os queréis acercar, no hay culpa cuando os ahogáis al nadar en mis aguas cercanas.

Buscas y buscas un atajo, una rendija, una salida que quieras o no, una escapada te exija. Y un mandarlo a la mierda todo, que solo a los valientes, o a los insensibles, aflija. O un lugar el cual los temerarios esquivan, un lugar, donde la sombra de los arboles ilumina. Y donde el alma en los domingos, es lo único que guía. Al igual que el escapar de la rutina, una puta ilusión, el exigir cambio de una incierta acción. Pues, ¿no te das cuenta que por más que escapes, todo acaba siendo rutina? Ya sea el pasar hambre, el pensar en mierda y pena, o el cambio y la felicidad que te llega. Pequeñas dosis individuales de inciertas, en tazas sin asa, que no hay por donde cogerlas. No quiero que me dominen las inciertas, no pienso en sostenerlas, ni en hacer crecerlas, solo en que perezcan. En exterminarlas con alcohol y mierda. Con tinta y miradas hechas de guiño, con cariño, o con algo de apoyo. Con un escribirte mil poemas desde mis ojeras, para relatarte nuestras mil y una primaveras. O con un invierno donde no me asolen las frías y duras inciertas. Y perdón por la insistencia, pero, a noche de insomnio, me asolan mis inciertas.

1 comentario:

  1. Excelente trabajo, no se que se te pasaría por la cabeza cuando lo escribiste pero enhorabuena. Me ha gustado pero tanta cursiva marea un poco, y es una pena que su lectura se dificulte pues su contenido es bueno. No dejes de escribir, un saludo

    ResponderEliminar

Ateo del perdón

No quiero pensar, los párpados cerrados transparentan miradas cuyos ojos diluvian sobre unas vestiduras ajadas que camuflan un delito ...