Si empiezo por el final, volviendo al principio, quizá todo cobre sentido.
Fue cuestión de escoger entre comer o beber.
Y por no morir de hambre, me estoy pudriendo, deshidratándome.
Por no despedirme, preferí saltarme el paso, ausentarme.
Tratando no desdibujarme, mejor directamente, emborracharme.
Y para el alcohol, no hay salvavidas de penas, ni cuerdas, ni cadenas.
También quiero que sepas, que por ti, vomito estas letras.
Vuelta y vuelta, y tú, sin darme cuerda.
A mí, un viejo reloj, cuyo tic-tac no cesa.
Cuyas agujas, marcan la misma hora, esa hora de mierda.
Y quizá al final, tras todo el principio, todo cobre sentido.
Puede ser también, sin más una herida a la que seguir echando sal.
Fue cuestión de escoger entre comer o beber.
Y por no morir de hambre, me estoy pudriendo, deshidratándome.
Por no despedirme, preferí saltarme el paso, ausentarme.
Tratando no desdibujarme, mejor directamente, emborracharme.
Y para el alcohol, no hay salvavidas de penas, ni cuerdas, ni cadenas.
También quiero que sepas, que por ti, vomito estas letras.
Vuelta y vuelta, y tú, sin darme cuerda.
A mí, un viejo reloj, cuyo tic-tac no cesa.
Cuyas agujas, marcan la misma hora, esa hora de mierda.
Y quizá al final, tras todo el principio, todo cobre sentido.
Puede ser también, sin más una herida a la que seguir echando sal.
Y quizá al final, tras todo el principio, todo cobre sentido.
ResponderEliminarPuede ser también, sin más una herida a la que seguir echando sal.
Y justo en esas dos líneas he muerto de amor, pero como lo has escrito tú, vuelvo a resucitar.
Y así siempre.
Menos mal que tú de vez en cuando aquí.