Ya está,
se acabó
se acabó.
Al final la fortuna
el azar
o un orden superior te lo quita
y no te lo devuelve
al final no depende de ti el estar dentro
o quedarte fuera.
Ya no hay más,
ya no hay más
y nunca lo habrá.
La insignificancia de los detalles ha movido montañas.
El minimalismo de los paradigmas ha dictado sentencia.
El crepúsculo de los ideales ha llegado.
El ocaso de los valores ha matado al amor.
Ahora qué,
ahora qué
cuál es la meta
arrastrarse nunca ha sido una opción
ni lo será.
Querer es quererse menos a uno mismo
para querer al otro.
Pero cómo puedo crecer
cómo puedo ser mayor.
Gritarle al reloj que corra más no es la solución.
Y nunca lo será.
martes, 15 de julio de 2014
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