martes, 4 de octubre de 2016

Tardes de aspereza emocional

La intranquilidad
y el nerviosismo
puede que sean
los peores sentimientos
que nunca haya sentido.

El temblor interno
de saber
o de pensar
que algo no va bien,
o que quizá eso que iba bien
nunca haya existido.

La idea
y su representación
de que algo se va a torcer
si es que no se ha torcido ya
y que no podré
soportar más caídas.

Cómo cojones
me puedo explicar,
que sean ocho las palabras
de mi epitafio psicológico,
de mi carga.
El precio de mi entereza,
'sigo con lo mismo en la cabeza.'

La parálisis de mi tren
de pensamiento
descarrilado
en la desidia de los días perdidos,
de victoria del peso suicida
y del pensamiento
que sólo complace
a esa parte de mí mismo.

La ansiedad
me dice que me despida
por hoy,
levantando el dedo corazón
de esta impotencia,
que no deja de ser mi sentencia.

El silencio es el mayor dolor
a través del cual
ver llover(se).




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