sábado, 31 de diciembre de 2016

Recordatorio

Mi odiado yo:

He dejado tantas cosas en mi vida, tantas personas que he ido expulsando, a las que he podido desinfectar de un alma corrosiva, de las que han podido salir del aura de infelicidad con el que las rodeo, de mi particular manera de extraer de ellas todos los demonios que niegan, y cuando los escupen y se van, me quedo con esa imagen. Muchas veces he pensado como Deyanira Alarcón, que ninguno de los momentos de mi vida han sido felices, ni si quiera aquellos en los que lo intenté.
Mi vida ha sido, y es, una guerra y una competición constante contra mí mismo, mi sangre ha desbordado tantos lugares que no sé en qué mililitro me perdí. Y en esa guerra el infierno son los otros, me digo; fuck society, les digo, que le jodan al mundo, me dice ella, adaptarse o morir, me dicen ellos.
Nada de lo que ya no esté puedo echar de menos, no lo quiero. Por eso se ha ido, lo he echado o lo he dejado marchar, que más da pues es lo mismo. Al final uno se da cuenta de que todo cuanto importa es quién está a tu lado después de todo, sin importar un calendario, sin importar un ritual, sin importar sombras y muchos errores.
Por eso, a quien se queda, gracias.
A quien se va, buen viaje, me has mejorado la vida.

Hans.

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