jueves, 19 de octubre de 2017

A diario

Hoy por hoy lo mejor es olvidar las formas y el vocabulario.
Olvidarse de la utopía del universitario.
Descubrir la mentira tras el sueño americano.
Ir por la vida como un conductor temerario.
Ver que ya es imposible ser revolucionario.
Escaparse de la realidad a un mundo imaginario.
Quemar los calendarios.
Ser propietario de un rudimentario estilo legendario.
Sumergirse en el dolor y salir a flote a diario.
Ser lobo estepario.
Continuar la búsqueda del sentimiento justo y necesario.

Éste puede ser el mensaje que enviar a ese destinatario
al que escribo cada vez menos,
querido diario,
eso.

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