lunes, 1 de enero de 2018

Lisérgico

Diario de viaje

Lo que voy a decir ahora verá la luz algún día, y (me) servirá de vehículo para volver a recorrer a solas esta carretera sin final que me permite volar sin credo, volar sin miedo. Los parpadeos son constantes.. las luces tintinean..

Todo se me hace tan ajeno.. Soy un títere que se ha despegado de toda realidad posible, más allá de lo no animal.. esto es una pureza jamás sentida.. estado de la incierta forma.. ahora lo entiendo.

Ahora todos duermen.. ¿puedes verme? Yo sí puedo, estoy por todas partes.. me expando.
Me veo muy lejos del suelo, a millones de kilómetros. vuelo de pie, sobre mis pies..

Ya no sé ni quién soy.. se me ve en la voz..

A lo bueno se acostumbra uno fácil.. S***** mala.. sólo sé que no sé nada
S***** inundándose de mi mano.. como si fuera la manzana con veneno.

Aterrizaje

Sé que este dolor sólo confirma que no he muerto; que vuelvo a la realidad donde mis rúbricas se derriten por estas páginas repletas de llantos. En este momento soy el dolor de la mirada felina.. soy esas lágrimas que descascarillaron su piel de porcelana. Me siento demasiado fuera de todo, suplicándome un retorno que me arrebató ese homicida cruel en el que se convierte el tiempo cuando todos duermen..
Joder, ¿puedes verme? Aquí estoy, no no, aquí, en el centro de un corazón que ha sentido pararse pero de forma distinta a la de un reloj; he llegado a no acertar ninguna vez a la vida que me hacía derrapar por los filos de esta hoja que es la angustia de no poder, de ya no ser capaz de atravesar el humo en el ambiente; de no volver a tocar como había conseguido hacerlo.. de no volver a esa profundidad.. no puedo.
He jugado con mi propio fuego y he salido calcinado, no me siento la llama de estas velas apagadas que llevo por ojos; no encuentro las respuestas a las preguntas que hace unas horas acariciaban mi corazón.. ya no, yo no.
Hoy no me reconozco en el espejo, hoy soy sordo a mi(s) ruido(s) interno(s).. soy esclavo de los barrotes de mi mente ahora que los he trascendido. He abierto una brecha en mi mundo perceptivo-corpóreo y ya no la puedo cerrar...
Yo no.
Ya no.
¿Para qué ha sido todo esto? Actuar requiere valentía para superar la parálisis de un helado riego sanguíneo que no tiene suficiente con este triste abrigo de piel. Paso frío.
Ayer conocí lo que es sentirse como un maldito animal tirándome por el suelo tras caer en picado a los precipicios de la soledad de los mejores besos que recibí.. las mejores caricias que sentí.. la verdadera y mayor pureza hecha vida.. carne, ante mí.. sonreía(s).
Creo poder verte mirándome escribir lo que por la música (suena Band of Horses - The Funeral) podría ser mi nota de suicidio pero que es firma y constancia de lo ayer vivido. Constancia de la epifanía de estar realmente preparado para mi final y en un funeral vacío.. ahora me siento fuera de todo...
Las ventanas me parecen pantallas opacas.. no me veo fuera-ahí. No encuentro el camino de vuelta.. sigo en este sempiterno sendero cuesta abajo y sin frenos.
Soy el ambiente creado por Take Me Somewhere Nice de Mogwai.
No. puedo volver a pensar
No. quiero volver a olvidar
No. me siento; ni con fuerzas para sonreír(te)
No hay otra forma de verlo, estoy triste, noto enrarecido mi ambiente, noto las nubes en mi mente, me duelen las lágrimas en su corazón y las cicatrices en nuestros cuerpos.. me duele su dolor.. ¿habré mejorado cualitativamente en eso de la empatía? No lo creo.
Creer.
¿Creer en qué? ¿En mí? Seamos serios, eso no es posible, no soy de fiar para mí mismo, no soy una persona sino un deshecho, un vago recuerdo de lo que nunca fui que se desvanece. Soy el recuerdo de alguien.
Un fantasma de lo que nunca llegaré a ser.
No me veo, no me veo.

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