Despiertas viendo amanecer. Ha sido una noche breve, pero exprimida al máximo.
La vida te invita a sonreír, hay barra libre de sonrisas.
El mundo es bueno.
Tomas tu cerveza favorita.
El alcohol te llena de júbilo, te emborrachas esperando a la muerte.
Todo lo que te mata, te hace sentir más vivo, te hace ser más fuerte.
Mientras, a tu mente sólo le preocupa a qué hora empezará el día.
No hay crisis, no hay gobiernos injustos ni políticos mediocres.
Las únicas drogas son autoestima y disciplina.
Amor y sexo forman esta distopía.
Llantos y tristeza, desaparecidos en utopía.
Precios y etiquetas en vías de extinción.
Ilusión, sueños, punteras en producción.
Gritas, voz afónica de pura alegría.
Esto es buena vida.
Pero suena el despertador, vuelta a la realidad.
La buena vida se termina, quizá ni si quiera existía.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
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