martes, 5 de noviembre de 2013

Como si nada

Tras poner en común @juanjo_basante y yo varios textos con un trasfondo que venía a hablar de lo mismo, decidimos unir fuerzas y mezclarlos en uno solo. El resultado es el presentado, aunque ¡podría ser peor!

Voy a hacer como que no me entero, fingir que no me afecta. Voy a seguir como si nada. Hipócritas… Sí, hipócritas, maldecís vuestra mala suerte. ‘‘Mierda de vida’’ susurra el viento, y mis oídos no dejan de reírlo. Ilusos, víctimas del hiperrealismo, del todo blanco o todo negro. No sabéis qué es sufrir, ni le dais valor al poder de sonreír. Pero cuidado, todo deja su marca. Deja un surco que machaca mi terreno y no hay desmarque capaz de evitar que tenga dudas.
Actuáis ajenos al desastre. Un desastre que es consecuencia de vuestras decisiones. No os quitáis las vendas de los ojos porque es más fácil creer a ciegas. Confiáis en vuestros espejismos, que poco consuelan. Creéis en vuestros reyes magos, que son pura burla.
Nunca os equivocáis, ¿no? Sois payasos disfrazados, ni siquiera hacéis gracia. Este es vuestro mundo ideal, plagado de mentiras, de ideales, de principios…
Arena. Arena de un engaño en una nube de polvo muerto. Esos son los cimientos de vuestro mundo. ¿No lo queréis ver o realmente no podéis verlo?
Sois egoístas. Sois egoístas porque decidís creyendo que lo hacéis en virtud de los demás, porque queréis contentar a una mayoría que no se ha parado a pensar si lo que hace es lo que realmente quiere.
Cobardes, siempre con la mayoría. La ceguera no es sólo una enfermedad de la vista. Y mi mente, coja de equilibrio y falta de sentido, pregunta: ¿Dónde se esconde el karma? Parece que no hay bien para los buenos, ni mal para los malos. NO HAY EQUILIBRIO. ¿Sobre qué pilar se sostiene la señora justicia? NO HAY JUSTICIA. Atrás queda eso de trabajo, esfuerzo, sudor y sacrificio equivalen a triunfo, victoria o recompensa. Atrás queréis dejarlo a base de insistencia.
Sois decadentes. Material caduco. Celebráis miserias del ayer, defendéis todo lo que funcionó y no aceptáis reforma alguna… Sé por qué lo hacéis. Por el confort que otorga poder gritar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Vuestros principios, vuestros siempre se ha hecho así, vuestras costumbres heredadas que no admiten rectificación… Esa es vuestra cárcel, no la nuestra. Y como presos, vociferáis contra cualquiera que pase delante de vosotros y aparente ser diferente. Cargáis tras los barrotes, protegidos por vuestra culpa. No sabríais qué hacer si os abriesen la celda, ¿verdad?
En parte os envidio. Envidio vuestra capacidad para autoengañaros. Envidio vuestra predisposición de vivir mirando para otro lado. Envidio vuestro talento para enfundar vuestras almas en oasis de apariencias. Envidio vuestra mediocridad, hijos de la pereza y del conformismo. Os envidio, pero la tontería me dura apenas unos segundos, y entonces sé que no me cambiaría ni por uno solo de vosotros. Vais directos al estrellato, adelante. Pronto los focos acabarán por derretiros y os sentiréis tan vacíos como yo os veo.
Pero mientras tanto, voy a hacer como que no me entero. Fingir que no me afecta. Voy a seguir como si nada. Y por el camino, alguien habrá que me siga. Espero que sea quien estoy siguiendo yo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ateo del perdón

No quiero pensar, los párpados cerrados transparentan miradas cuyos ojos diluvian sobre unas vestiduras ajadas que camuflan un delito ...