sábado, 17 de septiembre de 2016

Siendo humano

La historia es una competición en espiral por repetirse
mientras los amantes se refugian
en un suspiro desesperado
cada mañana
al adentrarse en la masa
para esconderse a plena vista.

El mejor truco de magia que conozco
es quererse con alguien,
sonreírse encima
y tocarse el alma
a través de los poros
sin corazas.

El secreto
es un silencio cómplice
contado entre cervezas
cualquier noche de celebración
mientras sus labios
dictan el amanecer.

Quizá haya que abandonar
la esperanza
entregados a una convicción
con los labios sellados
y dejar de esperar.
Tal vez viviendo
sin esperar nada 
nos demos cuenta 
de lo sencillo que es darse a alguien
hasta el final.

La libertad
es una cadena consciente
cubierta de un hilo rojo
para los que caminan cogidos
del corazón.

La confianza
siempre ha sido de doble filo,
pero desde el frío
de mi alma decidí
que si doy la mano
es para que me cojan el brazo,
y la vida entera.

Comprensión
es el latir al unísono
de los corazones
que cantan el himno
que se baila hoy.

Sobrevivir dejó de ocurrir
con su llegada,
cuando se hizo luna,
y yo aullando.

Desde entonces,
vivo
siendo humano.


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